lunes, 11 de noviembre de 2013

Excursión a Arévalo y Madrigal




 
El grupo no pierde punto a las explicaciones de David sobre las características del arte mudejar,  tan presente en  Arévalo.


Con motivo de la celebración de las Edades del Hombre en su XXV Edición, a punto de finalizar, un grupo de 50 alumnos y dos profesores del CEPA “ Mateo Hernández” , realizó un viaje a Arévalo y Madrigal de las Altas Torres, para contemplar la exposición y recorrer parte de la ruta de Isabel la Católica. 


Iglesia de Santa María la Mayor, en la Plaza de la villa, una de las sedes de la exposición "Credo" de las Edades del Hombre.


 Comenzó la visita con un breve paseo por los principales puntos de la localidad de Arévalo, amenizada por las explicaciones de uno de los profesores, especialista en Arte. A las 11 nos esperaban en el castillo donde recorrimos el patio de armas, sus cuatro plantas, incluida la torre del homenaje, y desde este punto contemplar la panorámica de la llanura interrumpida por sus dos ríos. 




La torre mudéjar de la iglesia de San Nicolás de Bari de Madrigal de las Altas Torres se alza imponente. Sorprende por su robustez y altura. 

 La Exposición que lleva el nombre de Credo, está ubicada en tres sedes, Santa María la Mayor, San Martín y El Salvador, con espléndidas obras cada una de ellas. Seguimos en Arévalo,  al mediodía  hacemos parada y fonda para comer y cargar pilas pues nos espera Madrigal de las Altas Torres que nos recibe con su magnífica silueta amurallada, sus puertas ( de Medina, de Peñaranda, de Arévalo) y las torres de sus iglesias le dan al conjunto un aire de decorado medieval que contrasta con la austeridad de estas tierras. El Palacio de D. Juan, donde nació Isabel la Católica, personaje de actualidad por la emisión de la serie televisiva, fue el primer lugar que visitamos, y desde luego mereció la pena por la estupenda conservación del inmenso patrimonio que aloja. San Nicolás de Bari, una joya del arte Mudejar, fue el segundo punto que nos dejó boquiabiertos, especialmente por su artesonado único. Y para finalizar la jornada una visita a una bodega centenaria, de propiedad municipal, donde pudimos degustar sabores de esta tierra que es generosa por dentro y por fuera, un suave vino de Rueda que nos dejó un espléndido sabor de boca para terminar la visita.

David y Mari Cruz




Plaza de Madrigal flanqueada con pórticos típicamente castellanos.







No hay comentarios:

Publicar un comentario

Anímate a comentar. Tus opiniones serán bienvenidas.